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lunes, 5 de diciembre de 2011

Utensilios, Aperos y Máquinas del Ayer. Las Planchas de Hierro


as ropas libres de arrugas han sido un símbolo de refinamiento, pulcritud y categoría social durante 2.400 años como mínimo, si bien nunca fue fácil conseguir el efecto deseado.
Todas las planchas primitivas empleaban la presión. Sólo algunas utilizaban el calor para eliminar arrugas o formar pliegues en las prendas recién lavadas.



En el siglo IV a.C., los griegos usaban una barra de hierro cilíndrica calentada, similar a un rodillo de amasar, que se pasaba sobre las ropas de lino para marcar los pliegues.
Dos siglos más tarde, los romanos ya planchaban y plisaban con un mazo plano, metálico, que literalmente "
martilleaba" las arrugas.
Con estos dispositivos, el planchado era algo más que una tarea prolongada y tediosa...
... Era un trabajo de esclavos que hacían los esclavos.

En algunas estampas chinas del siglo IV también se ven algunos artefactos en forma de plancha que al parecer se utilizaban para alisar la seda. Se trataba de unos recipientes de latón con mango, en el interior de los cuales se colocaba una cantidad de brasas con cuyo calor se quitaban las arrugas del tejido.
Incluso los belicosos vikingos del siglo X apreciaban las prendas exentas de arrugas, a menudo plisadas. Empleaban una pieza de hierro en forma de hongo invertido, que movían adelante y atrás sobre la tela húmeda.
Los historiadores de la moda aseguran que la dificultad de formar los pliegues servía para establecer la distinción entre las clases altas y bajas en materia de indumentaria. Los campesinos no tenían tiempo para planchar con tanto esmero, y los pliegues eran un signo externo de que se contaba con esclavos o sirvientes.



En occidente se comenzó a usar un alisador de vidrio, piedra, mármol o madera, que se utilizaba en frío, y se realizaba en la ropa el empleo de la goma de almidonar que no permitía trabajarse en caliente.





Hacia el siglo XV, las familias europeas acomodadas utilizaban la plancha llamada “caja caliente” provista de un compartimiento para carbón o un ladrillo previamente calentado.





Las familias más pobres todavía utilizaban la plancha sencilla de hierro, con mango, que se calentaba periódicamente sobre el fuego. La gran desventaja de esta plancha era que el hollín se adhería a ella y pasaba a las ropas.






Cuando se instaló la iluminación de gas en los hogares, en el siglo XIX, muchos inventores idearon planchas calentadas con esa forma de energía, pero la frecuencia de los escapes, explosiones e incendios aconsejó llevar las ropas arrugadas. El verdadero boom en el planchado llegó con la instalación de la electricidad en las casas.
También hubo planchas que funcionaban con nafta. (
Fotografía de la izda.)







El 6 de junio de 1882, el inventor neoyorquino Henry W. Weely obtuvo la primera patente de su país para una plancha eléctrica. Aunque su concepto de espiras resistentes al calor era imaginativo, la plancha en sí era poco práctica. (Sólo se calentaba lentamente enchufada en su soporte, y se enfriaba rápidamente). En 1906, cuando Richardson decidió lanzarse a la fabricación de planchas, dio precisamente este nombre a su producto.




Pero de lo que estoy casi segura es de que...






... el invento relaccionado con la plancha que más beneficios ha producido, tanto para su creador como para l@s que día a día tenemos que practicar esta actividad, (bueno, no todos los días. ¡Gracias a Dios!) es el de:

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